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viernes, 23 de septiembre de 2016

Vivir sin cabeza





"¿Usted es profesora?" me preguntó la bibliotecaria de turno, "no…estudiante…de post  grado", dije, con la esperanza de que la explicación justificara la confusión de la bibliotecaria. Para ella, es obvio que una mujer de mí edad, que está buscando materiales teóricos en la biblioteca universitaria, no puede ser estudiante, sino profesora, y para mí es obvio que no cumplir con las expectativas de la bibliotecaria es enteramente mi culpa; después de todo, siempre quise ser "alguien", solo que ahora me doy cuenta de que debería haber sido un poco más específica.

Mientras que la bibliotecaria volvía a ocuparse en sus propios asuntos, me susurré a mí misma con firmeza improvisada: "mejor pájaro en mano que cien volando", y caminé hacia el ascensor, inmersa todavía en mis pensamientos sobre el destino de los ciento un pájaros. Las puertas del ascensor se abrieron muy lentamente, como de forma deliberada, lo que hizo que me surgiera la siguiente pregunta: ¡¿Por qué diablos son tan importantes los logros, las metas y carreras!? ¿Y quién necesita de cumpleaños?! Así que decidí ir de acuerdo con las puertas del ascensor y en contra del acondicionamiento social, de la socialización, de la imagen, y de la mar en coche (y por supuesto en contra de las bibliotecarias). Tomé una decisión: ser un pez fuera del agua, una desviada, una rareza, un sapo de otro pozo, una anomalía, una irregularidad, una excepción. Ya que voy a ser una anomalía, entonces seré una bien lograda. A fin de cuentas hay que tener un logro en alguna cosa en esta vida, ¿no es así?

"¡Qué impresionante! ¡¿Trajiste a tu mamá!? ¡La mía jamás se hubiera animado!" Así nos dijo a mis hijas y a mí una jovencita de cómo catorce años, una noche, mientras esperábamos en la cola del laberinto de terror "Nigthmare", un juego de miedo concurrido por adolecentes. Claro que la chiquilla no podía imaginarse que en realidad fui yo la que traje a ms hijas con migo. Eso sería algo de una tamaña rareza. Una irreguralidad. Se dice que un niño de cuatro años de edad pregunta aproximadamente unas 240 preguntas al día, igual que yo, a pesar de mis 48 primaveras. Mi vida está repleta de irregularidades.

Volviendo al tema de los logros, ¿cuántos logros debería de tener una cuarentona en su currículum? ¿Y cuáles deberían ser esas metas logradas? ¿Y su jerarquía? Quizás un logro sea sólo un efecto colateral de lo que se intenta. En ese caso lo realmente importante sería lo que se intenta. 

Pero hablando de la importancia de los logros, de hecho las cucarachas tienen un logro impresionante, ellas pueden vivir sin cabeza durante semanas. Entre nosotras, a mí también me gustaría vivir sin cabeza por un par de semanas, aunque más no sea por el logro; después de todo, todo en la vida es cuestión de imagen.


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2 comentarios:

  1. Ja ja ja jaaaa, conozco varios que viven sin cabeza, mucho más tiempo que las cucarachas, y pasan por la vida como "seres normales"
    Me encantó el post, me reí mucho, me rehice algunas preguntas, y disfruté muchísimo con la imagen tuya llevando las chicas al juego. Eso es un gran logro!!!

    (debo confesar que soy bibliotecaria... aunque trabajé pocos años y quedó como una etapa superada... hay excepciones, eh)
    (mi logro del día: haber podido cepillar al gato)

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  2. jajaja, cepillar al gato es un gran logro! (hoy mismo no lo logré, pero lo intenté)

    Gracias por ser mi lectora y por tus comentarios que me encantan

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