"¿Usted
es profesora?" me preguntó la bibliotecaria de turno, "no…estudiante…de
post grado", dije, con la esperanza
de que la explicación justificara la confusión de la bibliotecaria. Para ella,
es obvio que una mujer de mí edad, que está buscando materiales teóricos en la
biblioteca universitaria, no puede ser estudiante, sino profesora, y para mí es
obvio que no cumplir con las expectativas de la bibliotecaria es enteramente mi
culpa; después de todo, siempre quise ser "alguien", solo que ahora
me doy cuenta de que debería haber sido un poco más específica.
Mientras
que la bibliotecaria volvía a ocuparse en sus propios asuntos, me susurré a mí
misma con firmeza improvisada: "mejor pájaro en mano que cien volando",
y caminé hacia el ascensor, inmersa todavía en mis pensamientos sobre el
destino de los ciento un pájaros. Las puertas del ascensor se abrieron muy lentamente,
como de forma deliberada, lo que hizo que me surgiera la siguiente pregunta: ¡¿Por
qué diablos son tan importantes los logros, las metas y carreras!? ¿Y quién
necesita de cumpleaños?! Así que decidí ir de acuerdo con las puertas del
ascensor y en contra del acondicionamiento social, de la socialización, de la
imagen, y de la mar en coche (y por supuesto en contra de las bibliotecarias).
Tomé una decisión: ser un pez fuera del agua, una desviada, una rareza, un sapo
de otro pozo, una anomalía, una irregularidad, una excepción. Ya que voy a ser
una anomalía, entonces seré una bien lograda. A fin de cuentas hay que tener un
logro en alguna cosa en esta vida, ¿no es así?
"¡Qué
impresionante! ¡¿Trajiste a tu mamá!? ¡La mía jamás se hubiera animado!"
Así nos dijo a mis hijas y a mí una jovencita de cómo catorce años, una noche, mientras
esperábamos en la cola del laberinto de terror "Nigthmare", un juego
de miedo concurrido por adolecentes. Claro que la chiquilla no podía imaginarse
que en realidad fui yo la que traje a ms hijas con migo. Eso sería algo de una tamaña
rareza. Una irreguralidad. Se dice que un niño de cuatro años de edad pregunta aproximadamente unas
240 preguntas al día, igual que yo, a pesar de mis 48 primaveras. Mi vida está
repleta de irregularidades.
Volviendo
al tema de los logros, ¿cuántos logros debería de tener una cuarentona en su currículum?
¿Y cuáles deberían ser esas metas logradas? ¿Y su jerarquía? Quizás un
logro sea sólo un efecto colateral de lo que se intenta. En ese caso lo realmente
importante sería lo que se intenta.
Pero hablando de la importancia de los logros,
de hecho las cucarachas tienen un logro impresionante, ellas pueden vivir sin
cabeza durante semanas. Entre nosotras, a mí también me gustaría vivir sin
cabeza por un par de semanas, aunque más no sea por el logro; después de todo,
todo en la vida es cuestión de imagen.
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