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jueves, 26 de noviembre de 2015

Ese momento en el cual no sabemos dónde hemos dejado los anteojos


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A mí no me pasa. Yo no pierdo mis gafas. Ese momento en el cual no sabemos dónde hemos dejado los anteojos marcaría para mí el principio del fin. Por lo tanto, mis anteojos reciben casi tanta atención y cuidado como recibiría un cuarto hijo.¿Pero qué hice con los anteojos? Vendría a ser una de las preguntas retóricas más usuales, rutinarias y enervantes de la época menopáusica de carácter ansioso.


Que a mí no me suceda no quiere decir que no le suceda a mi marido. Él no es una mujer menopáusica o ansiosa pero ciertamente está muy cerca, ya que es el cónyuge de una. Por lo tanto, ese momento no lo saltea. El momento donde una escucha a su marido murmurar por la casa "Tomamos café... pero qué tiene que ver el café... el libro estaba aquí...eso no quiere decir que los moví... deberían estar en el escritorio de la computadora... voy al coche un momento... No están..." Y así sucesivamente, es un momento crucial, un momento tranquilizador, ya que le sucede a él, no a mí. Luego viene el momento en el que una dice en tono de "te lo dije", "Aquí están... debajo de la gata." Por supuesto. Hace una hora que lo he dicho, "probablemente están debajo de la gata que duerme en la mesa, porque es el único lugar donde no los buscaste".


Ese es un momento relajante, ya que significa que la capacidad de pensar lógicamente (o sea, el sentido común) no la he perdido todavía. Es un botón de pausa en la ansiedad existencial. La angustia se llena de golosinas. Soy apta, no anciana.

Después del evento catártico comencé a leer tranquilamente un artículo acerca de los estudiantes de edad avanzada en la universidad, o sea, sobre los estudiantes de edad madura, o sea yo. Todo bien. El artículo va bien. ¿Pero…qué? El estudiante de edad mayor es definido como ¿en sus veinte? Esto ya no va nada bien. Aunque no pierdo mis anteojos y todavía pienso con sentido común ¿me volví una anciana en un santiamén? ¿Y qué significa que mi marido sí pierda sus gafas?


Tengo que trabajar mi "yo" interior, me digo a mí misma mientras voy para espejo del baño a mirar los signos de envejecimiento de alrededor de los ojos. Pero yo amo mis signos de envejecimiento de alrededor de mis ojos. Mucho. Marcan sonrisas y risas. Sin darme cuenta incluso le sonrío al espejo para ver las arruguitas. Un nuevo botón de pausa.


No se puede vivir en angustia constante. Pero encontrar las pausas no siempre es fácil. A veces hay que trabajar y hacer un esfuerzo para encontrar una pausa eficaz. Y para colmo con este nuevo problema de que las carnes procesadas ​​causan cáncer… sin salchichas, fiambres y hamburguesas todo se vuelve mucho más difícil. Y ni hablar de la intolerancia a la lactosa que me descubrieron recién ahora ¿Así que también sin cornflakes? Voy a conversar con mi "yo" interior, después de todo no hay mal que por bien no venga.



*Mujer: ¿cuáles son tus "pausas" más eficaces? ¿Me mandarías un post especial escrito por vos, un post invitado?

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